Distinción entre competencias centrales y específicas.
Las competencias generales van dirigidas, en general a aquellas capacidades, habilidades y destrezas personales que sería ideal que la persona encargada de la orientación educativa debería de poseer. Por el contrario, las competencias específicas hacen referencias a conocimientos y acciones más específicas que un orientador/a debe de tener para realizar bien el desempeño de la orientación.
Una de las competencias centrales es la de ser consciente de las propias capacidades y limitaciones. Un ejemplo de esta competencia es cuando se va a desarrollar una intervención para la prevención del consumo de drogas, y el orientador/a es quien quiere realizar las actividades informativas a pesar de no tener conocimiento en este tema.
- Ejemplos de 10 subcompetencias especializadas.
1. Uso de técnicas individuales de orientación: un ejemplo de esta subcompetencia sería cuando el orientador/a asesora a un alumno que acude a él/ella tras la previa evaluación vocacional y profesional pues está en duda sobre 3 carreras.
2. Uso de técnicas grupales de orientación: cuando se lleva a cabo una dinámica grupal, previamente planificada y consensuada con los docentes que participan en ella.
3. Conocimiento de equivalencia de títulos y calificaciones profesionales en diferentes países: por ejemplo cuando un alumno con nacionalidad española pero sus padres son de Francia, y que acude a pedir información al orientador para saber la equivalencia de sus estudios realizados en España.
4. Consultar con las familias, profesorado, tutores, trabajadores sociales, administradores y otros agentes para mejorara su trabajo con los estudiantes: por ejemplo, un centro de educación secundaria cercano a una zona donde prevalece la etnia gitana y gran parte del alumnado pertenece a dicha etnia. El orientador, debido a múltiples necesidades específicas que poseen gran parte de estos alumnos consulta y trabaja coordinadamente con diferentes agentes.
5. Conocer las metodologías de investigación, recogida y análisis de datos: cuando el profesional de la orientación observa un determinado fenómeno y quiere estudiarlo. Para ello es necesario que tenga conocimientos de metodología de investigación, recogida de datos y el análisis posterior de los mismos.
6. Promover proyectos de investigación en orientación: cuando un orientador en las reuniones anuales de orientadores, fomenta las investigaciones en dicha profesión para mejorar las técnicas de intervención y su eficacia.
7. Interpretar resultados de las investigaciones: se ha decidido llevar a cabo una investigación para comparar la una nueva técnica de enseñanza con la que actualmente se imparte. Una vez recogido los datos el orientador interpretará los resultados de ambas técnicas para ver cual ha mostrado mejor rendimiento.
8. Inventariar los recursos relevantes para la planificación e implementación de programas: se va a realizar un programa sobre la prevención en conductas sexuales de riesgo. Para ello el orientador deberá de tener en cuenta los recursos disponibles que hay para el programa y los recursos que son necesarios pero que no están disponibles. Una vez hecho esto se procede a la planificación y posterior implementación del programa.
9. Evaluar la efectividad de las intervenciones: una vez planificada la intervención sobre la prevención de conductas sexuales de riesgo, se evaluará expectativas y pensamientos que los alumnos tienen en referencia a este tema y la importancia que le otorgan a la protección en las relaciones sexuales. Una vez evaluado se procede a la implementación, donde se realiza una nueva evaluación con el objetivo de saber si las actividades realizadas están siendo verdaderamente efectivas. Por último, una vez finalizado el programa se evaluará de nuevo las consideraciones de la primera evaluación.
10. Detección y remisión de casos a otros servicios: cuando sistemáticamente se ha observado en un alumno sintomatología de TDH, el orientador lo deriva al psiquiatra para que lo diagnostique y le ponga el debido tratamiento, puesto que estas funciones se encuentran fuera de su competencia.
- Ejemplos de 10 subcompetencias especializadas.
1. Uso de técnicas individuales de orientación: un ejemplo de esta subcompetencia sería cuando el orientador/a asesora a un alumno que acude a él/ella tras la previa evaluación vocacional y profesional pues está en duda sobre 3 carreras.
2. Uso de técnicas grupales de orientación: cuando se lleva a cabo una dinámica grupal, previamente planificada y consensuada con los docentes que participan en ella.
3. Conocimiento de equivalencia de títulos y calificaciones profesionales en diferentes países: por ejemplo cuando un alumno con nacionalidad española pero sus padres son de Francia, y que acude a pedir información al orientador para saber la equivalencia de sus estudios realizados en España.
4. Consultar con las familias, profesorado, tutores, trabajadores sociales, administradores y otros agentes para mejorara su trabajo con los estudiantes: por ejemplo, un centro de educación secundaria cercano a una zona donde prevalece la etnia gitana y gran parte del alumnado pertenece a dicha etnia. El orientador, debido a múltiples necesidades específicas que poseen gran parte de estos alumnos consulta y trabaja coordinadamente con diferentes agentes.
5. Conocer las metodologías de investigación, recogida y análisis de datos: cuando el profesional de la orientación observa un determinado fenómeno y quiere estudiarlo. Para ello es necesario que tenga conocimientos de metodología de investigación, recogida de datos y el análisis posterior de los mismos.
6. Promover proyectos de investigación en orientación: cuando un orientador en las reuniones anuales de orientadores, fomenta las investigaciones en dicha profesión para mejorar las técnicas de intervención y su eficacia.
7. Interpretar resultados de las investigaciones: se ha decidido llevar a cabo una investigación para comparar la una nueva técnica de enseñanza con la que actualmente se imparte. Una vez recogido los datos el orientador interpretará los resultados de ambas técnicas para ver cual ha mostrado mejor rendimiento.
8. Inventariar los recursos relevantes para la planificación e implementación de programas: se va a realizar un programa sobre la prevención en conductas sexuales de riesgo. Para ello el orientador deberá de tener en cuenta los recursos disponibles que hay para el programa y los recursos que son necesarios pero que no están disponibles. Una vez hecho esto se procede a la planificación y posterior implementación del programa.
9. Evaluar la efectividad de las intervenciones: una vez planificada la intervención sobre la prevención de conductas sexuales de riesgo, se evaluará expectativas y pensamientos que los alumnos tienen en referencia a este tema y la importancia que le otorgan a la protección en las relaciones sexuales. Una vez evaluado se procede a la implementación, donde se realiza una nueva evaluación con el objetivo de saber si las actividades realizadas están siendo verdaderamente efectivas. Por último, una vez finalizado el programa se evaluará de nuevo las consideraciones de la primera evaluación.
10. Detección y remisión de casos a otros servicios: cuando sistemáticamente se ha observado en un alumno sintomatología de TDH, el orientador lo deriva al psiquiatra para que lo diagnostique y le ponga el debido tratamiento, puesto que estas funciones se encuentran fuera de su competencia.
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